FECHA: Julio 2020
LUGAR: Avilés
MODELOS: OLaya, mami y papi
Si me dicen hace un mes que este momento llegaría, lo hubiese negado rotundamente.
Habitualmente soy una persona bastante positiva, disfrutona al máximo y con ganas de todo pululando por mis poros pero tras ese parón vital que hemos pasado, lo cierto, es que he perdido un poco de todo eso e incluso mi fe, si es que algún día la tuve, en la raza humana.
A veces la gente me pregunta: qué tal durante el confinamiento?? y yo respondo que bien, que mi situación no había cambiado mucho. VIVO GENERALMENTE CONFINADA, me explico:
Yo trabajo en casa y por semana, mis otras rutinas diarias son las de cualquier persona con familia: la compra, la casa, el gimnasio (hace 4 meses que no lo piso!!!), así que, tampoco cambió mucho la situación y lo llevamos todos muy bien, peque incluída. Aunque, ahora, reflexionando y echando la vista atrás, personalmente, fueron momentos muy duros, de incertidumbre total, tanto en el plano personal, como en el laboral, y de miedo, en algún que otro instante.
Pero todo llega y todo pasa y esta «nueva normalidad» ha sacado la «subnormalidad generalizada del común mortal que tiene el cerebelo del tamaño de un conguito».
A ver si nos vamos enterando de que la inconsciencia de uno puede matar a muchos y el problema es que hay mucho, mucho inconsciente.
Es imperativo que RESPETEMOS al que tenemos enfrente, al que pasa a nuestro lado por la calle, o al que se sienta a nuestro lado en una terraza a tomar una caña, y para eso hay que tener CIVISMO.
Todo este rollo viene al hecho de que me gusta lo que hago, me encanta disfrutar de momentos como el que veréis más abajo y es imposible que lo hagamos si no somos mínimamente conscientes de lo que está pasando.
Y con esto y un bizcocho, por fín llegó el momento de poder hacer fotos de nuevo, de TRABAJAR, de compartir con vosotros, aunque sea saludando con el codo y a un metro y medio de distancia, pero ahí. Y no quiero que esto cambie.
Gracias a Olaya y su familia por este momento que me devolvió a tiempos mejores. Desde aquí os mando ese achuchón que no nos podemos dar pero que significa que vamos hacia adelante.